120 cuasimodistas de Batuco participaron este domingo 7 de abril de la fiesta religiosa de Cuasimodo, una tradición chilena que perdura en el tiempo y cuyo principal objetivo es acompañar a un sacerdote que lleva la eucaristía a quienes no pudieron participar en la comunión durante la Semana Santa, que son particularmente enfermos y adultos mayores.
La procesión con caballos y carretas comenzó por el sector Santa Rosa, camino Lo Solar, con la primera parada de 20 minutos en San Ramón. Luego se siguió por Lo Pinto, continuando hasta llegar a la capilla Santa Bernardita de Liray, donde hubo un recibimiento con desayuno por parte de la comunidad, dando espacio a un descanso aproximado de 40 minutos y a un esquinazo de cuecas por parte del grupo folclórico Pasión y Raíces de Batuco.
Tras proseguir por el camino Liray hubo una nueva parada en el hogar San Ricardo, donde se realizó el descubrimiento de la placa recordatoria Fundación Cuasimodo.
Posteriormente, el desplazamiento fue por el sector Santa Sara hasta llegar a la capilla Santísima Trinidad de Santa Carolina. En el lugar también hubo un recibimiento de la comunidad a los corredores y se efectuó un pie de cuecas bravas a cargo de agrupación Los Rotos Paraos en el Hilo.
Se retomó el recorrido por camino Humedal hasta callejón Santa Carolina siguiendo en dirección a Batuco, cruzando la vía para finalmente llegar al frontis de la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, donde se recibió a los cuasimodistas con un esquinazo por parte del Ballet Folclórico de Lampa, BAFOLAM. Ahí se hizo la ceremonia de reconocimiento a familias fundadoras de la hermandad cuasimodista Nuestra Señora del Trabajo de Batuco, valorando el aporte entregado a la institución por parte de Giuseppe Pulsinelli (QEPD), Rolando Contreras M. (QEPD) y Nelson Jeréz S. Además, hubo sorteo de premios sorpresa para los participantes de la corrida de cuasimodo 2024.
El alcalde de Lampa Jonathan Opazo, quien participó de la Fiesta de Cuasimodo arriba de un caballo y también bailando cueca, destacó que “es una actividad muy arraigada en nuestra zona, es propia de sectores rurales, y es muy bonito ver como las personas se congregan en torno a esta festividad porque mantenemos vivas las tradiciones. Estamos hablando de una celebración religiosa que data de siglo XIX, y estoy muy contento de participar. Es un honor ser testigo de la fe que nos une como comuna.”